|
|
Cuando era una jovencita,
el convertirse en una pintora no era parte de los objetivos en la carrera
de Frida. Su objetivo en la vida era el convertirse en un médico
pero un trágico accidente a la edad de 18 años la dejó
mental y físicamente herida de por vida. Cambio el curso de su
vida para siempre.
Fue durante sus meses de convalecencia cuando Frida empezó a considerar
la pintura seriamente
"para combatir el aburrimiento y el
dolor" dijo. "Sentí que todavía tenía
suficiente energía para hacer algo diferente de estudiar para convertirme
en un médico. Sin prestarle ninguna atención especial, empecé
a pintar". Fue el principio de una carrera para Frida que duraría
toda su vida.
Además de unas pocas clases de arte en el Instituto y de revisar
libros de arte de la colección de su padre, Frida no tuvo formación
artística formal. Mientras Frida desarrolló sus habilidades
artísticas, sus pinturas avanzaron hacia su propio y único
estilo, fuertemente influenciado por otras personas, artistas, culturas
y la vida en general. Ella experimentó con diferentes estilos y
temas y sacudió el mundo del arte con sus trabajos de estilo "surrealista"
y pinturas con referencias sexuales.
Wilhelm
(Guillermo Kahlo), su padre
El padre de Frida, un fotógrafo profesional, fue
también un pintor amateur. Fue él quien primero interesó
a Frida en el arte. Frida a menudo acompañaría a su padre
en sus excursiones pictóricas a la campiña cercana. También
le enseñó como usar la cámara y como retocar y colorear
fotografías. Mientras Frida se estaba recuperando del accidente
de autobús, Guillermo le dio a Frida su caja de pinturas y pinceles
para animarla a pintar.
Fernando
Fernández
Fernando Fernández, un amigo del padre de Frida
era un impresor comercial muy conocido y respetado. Contrató a
Frida para trabajar con él después del colegio y le enseñó
como dibujar y copiar grabados del impresionista sueco Anders Zorn. Fernández
se sorprendió de cuanto talento Frida poseía.
Retratistas
mexicanos del siglo XIX
A principios de su nueva carrera artística, Frida
no tenía un estilo propio y sus primeras pinturas reflejaban los
temas y estilos de otros artistas que admiraba. El primer autorretrato
de Frida fue "Autorretrato con un vestido de
terciopelo" en 1926. Lo pintó con el estilo de los retratistas
mexicanos del siglo XIX los cuales a su vez estaban muy influenciados
por los maestros del Renacimiento Europeo. Este autorretrato fue la interpretación
de Frida de la "Venus" de Boticelli. Frida usó este estilo
en otros retratos que le siguieron: "Retrato
de Alicia Galant" (1927) y un retrato de su hermana mayor, "Retrato
de Adriana" (1927).
Otra característica que Frida tomó prestada
de los retratos mexicanos del siglo XIX es la bandera con una inscripción
a través de la parte superior o inferior de una pintura. Estas
inscripciones servían para identificar el modelo del retrato o
para describir la razón o significado de la pintura. Un ejemplo
donde este elemento se usó es en "Retrato
de Eva Frederick" (1931) donde ella identifica a la modelo y
luego a ella misma como la artista. En otro doble retrato de 1931, "Frieda
y Diego Rivera", usa la bandera para proclamar que "el
retrato fue pintado para nuestro amigo el Sr. Albert Bender".
En "Retrato de una mujer de blanco"
(1930), la bandera se incluyó pero no se usó, dejando a
la modelo o inspiración para este retrato desconocida hasta el
día de hoy.
También, tomado prestado de los retratistas mexicanos del siglo
XIX es el uso de un fondo de cortinas atadas. Frida usó este motivo
en varios de sus cuadros, primero en "Autorretrato
- El tiempo vuela" (1929) y más tarde en "Retrato
de una mujer de blanco" (1930), "Autorretrato
dedicado a Leon Trotsky" (1937) así como en otros.
Diego
Rivera
Diego Rivera era un muralista muy famoso en México.
Mientras Frida asistía a clases en la Escuela Nacional Preparatoria,
Diego se hallaba pintando su mural "Creación" en el anfiteatro
de la escuela. Frida a menudo acudía a verlo pintar y a admirar
su trabajo.
Después de recuperarse del accidente de autobús, Frida se
enteró de que Diego estaba pintando otro mural en el Ministerio
de Educación en la Ciudad de México. Aunque no lo conocía
personalmente, admiraba al hombre y al artista inmensamente
tanto
que quería su opinión acerca de sus propios trabajos. Empaquetó
cuatro de sus pinturas, se subió en un autobús y salió
hacia el edificio del Ministerio. Más tarde, Frida rememoraría
su llegada: "Fui lo bastante atrevida como para llamarlo para
que bajara del andamio a ver mis pinturas y para decirme sinceramente
si valían alguna cosa". Una de las pinturas que trajo
para mostrar fue su primer autorretrato "Autorretrato
en un vestido de terciopelo". Después de ver los cuadros,
Rivera comentó que estaba principalmente interesado en el autorretrato
"
porque es el más original" dijo. Los otros
tres, comentó "
parecen estar influenciados por lo
que has visto". Diego le dijo que se fuera a casa y pintara otro
cuadro y el iría a verlo. Después de ver el nuevo cuadro,
Rivera dijo a Frida: "Tienes talento..." y la animó
a seguir pintando. Si Rivera no hubiera respondido con una actitud positiva
a sus cuadros, podría haber sido el fin de la carrera de Frida
como pintora.
En 1928, Frida pintó un retrato de su hermana más joven
"Retrato de Cristina mi hermana".
El estilo y motivo de esta pintura es un afilado contraste con los oscuros
y pesimistas retratos del Renacimiento del año anterior. En este
retrato, los colores del fondo son claros y luminosos y los pesados y
oscuros trajes renacentistas han dejado paso a indumentarias blancas y
sin mangas. Las facciones alargadas de retratos anteriores cambian ahora
a una forma más real. Las señales más sutiles de
la influencia de Diego Rivera son evidentes en los colores y fondos que
escoge, así como el estilizado árbol y ramas mas grandes
en la parte frontal.
Frida y Diego se casaron el 21 de agosto de 1929. Después
de su matrimonio, Diego animó a Frida a pintar en el estilo del
arte popular mexicano, un estilo folklórico. Sugirió que
pintara a los indígenas y a las clases obreras de México,
igual que el hizo en sus propios murales. De este animo, salió
el retrato "Dos mujeres". Esta pintura
se parece mucho a las características de los murales de Rivera
los
colores brillantes, el estilo y las figuras. Es casi como si fuera un
primer plano de una sección de un mural de Rivera. Muchas características
de esta pintura serían usadas en muchas de las pinturas que siguieron.
Durante su vida, Diego Rivera fue considerado como el "Maestro de
los Murales". Pintó numerosos murales, la mayor parte en México
y los Estados Unidos. Frida le acompañaría a menudo a los
sitios donde se hallaba pintando su siguiente obra maestra. Más
de una vez Frida apareció como una figura en sus murales.
Mientras Diego pintaba murales que medían varios pies cuadrados,
en 1945 Frida pintó su propio mural en lienzo que medía
solo unas pocas pulgadas, 24" x 30" (61 x 75 cm.) y claramente
inspirado por el estilo de Diego. Frida lo llamó "Moisés"
o "Núcleo de la Creación". La inspiración
para el tema de la pintura vino de un libro de Sigmund Freud que ella
acababa de leer: "Moisés el Hombre y la Religión Monoteísta".
Sus
raíces mexicanas
Frida se hallaba relacionada con un círculo de artistas
e intelectuales mexicanos convencidos por las creencias del artista Adolfo
Best Maugard. En un libro de 1923, Maugard escribió que el arte
mexicano debía volver a sus raíces indígenas. Las
pinturas, dijo, debían reflejar los elementos y formas de los pintores
mexicanos del siglo XIX. El grupo llamaría a este estilo folklórico
"Mexicanismo" y lo devolvería al mundo de las bellas
artes. Los norteamericanos llamaron a este movimiento "Renacimiento
mexicano".
En su segundo autorretrato, "El tiempo vuela",
Frida emplea el "Mexicanismo". En este retrato, el motivo es
un estilo muy folklórico con colores vividos y variados. Ropa de
campesino de algodón, sencilla, reemplaza a los sofisticados vestidos
renacentistas de terciopelo que adornaban a los sujetos de sus previas
pinturas. La joyería que lleva es un testamento de las influencias
culturales pre-colombinas y coloniales. Uno se puede dar cuenta mirando
esta pintura que Frida acepta sus profundas raíces en la cultura
mexicana. Para apoyar más su identidad nacional, los colores dominantes
usados en esta pintura son rojo, blanco y verde
los colores de la
bandera mexicana. Este autorretrato muestra poderosamente la búsqueda
de Frida de su propio estilo de pintura.
Para complacer a Diego, Frida vestiría a menudo el estilo de los
vestidos típicos de las mujeres nativas de la región Tehuana
en México. Estos largos vestidos, ricamente decorados, no eran
sólo muy hermosos sino que también le permitían ocultar
la deformidad física de su pierna derecha. Cuando viajaba al extranjero,
Frida atraía muchísima atención e incluso inspiró
una línea de vestidos en París (Elsa Schiaparelli fue la
diseñadora).
En muchas de las pinturas de Frida, ella llevaba este tipo
de indumentaria; la primera vez fue en el doble retrato de 1931 "Frieda
y Diego Rivera", una pintura que probablemente estaba basada
en una fotografía de boda. Después de esta pintura, le siguieron:
"Autorretrato en la frontera entre México
y los Estados Unidos" (1931), "Árbol
de la esperanza. Mantente Firme" (1946), "Raíces"
(1943) y dos de sus últimos retratos en 1954, "El
Marxismo le dará salud a los enfermos" y "Autorretrato
con Stalin". En dos otras pinturas, el vestido de Tehuana aparece
pero Frida no lo lleva puesto: "Memoria"
(1937) y "Mi vestido cuelga allá"
(1933). La pintura en la cual el vestido juega un papel más predominante
es "Las dos Fridas" (1939). En este
doble autorretrato, pintado poco tiempo después de su divorcio,
Frida aparece dos veces. La Frida llevando el vestido de Tehuana representa
la Frida que Diego amaba y la otra Frida, vestida de europea, es la Frida
que ha sido traicionada por adulterio y divorcio. También destacan
la pintura de 1948 "Autorretrato" y
la pintura de 1943 "Autorretrato vestida de
Tehuana", en la cual aparee vestida completamente de Tehuana.
Política
Frida y Diego estaban muy motivados políticamente
y activos en México. Ambos eran miembros del Partido Comunista
de México (PCM) en 1928 pero abandonaron el partido porque no estaban
de acuerdo con el alineamiento del mismo con la línea estalinista.
Al principio de su carrera pictórica, la política tuvo poca
influencia en su arte. Pero en 1948, Frida se unió de nuevo al
PCM y eso la motivó a proclamar su adherencia política a
través de sus pinturas.
En 1951, la salud de Frida había empeorado hasta el punto donde
algunos días no era capaz de pintar en absoluto. En su diario Frida
escribió: "Tengo mucha inquietud en el asunto de mi pintura.
Sobre todo por transformarla para que sea algo útil al Movimiento
revolucionario comunista [
] la única razón real para
vivir."
Durante sus últimos años, Frida pintó especialmente
naturalezas muertas, pero las politizaría añadiéndoles
una bandera, una paloma de la paz, inscripciones
Uno de sus últimos
autorretratos en 1954 se tituló "El marxismo
le dará salud a los enfermos" y es un fuerte manifiesto
político apoyando al PCM. Después de esa pintura, inmortalizó
a Stalin en "Autorretrato con Stalin",
otra pintura con un obvio tema comunista. Cuando Frida murió en
julio de 1954, dejó un retrato inacabado de Stalin en un caballete
en su estudio.
Cultura
pre-Colombina y mitología
Los objetos del período pre-Colombino tuvieron una
profunda influencia en las pinturas de Frida. Se podían encontrar
en todos los rincones de la residencia Kahlo/Rivera. Diego coleccionaba
esculturas e ídolos en todos los tamaños y Frida coleccionaba
joyería de la época. A veces aparecería en sus autorretratos
llevando piezas de su colección: "Autorretrato
- el tiempo vuela" (1926), "Autorretrato
con changuito" (1938), "Autorretrato
con trenza" (1941) así como en varios otros. Frida dijo
que incluyó esos artefactos en sus pinturas porque le recordaban
a Diego.
Piezas de la colección de Diego también aparecerían
en muchas de sus pinturas o servirían como modelo ó inspiración
para un cuadro. Su pintura de 1932 "Mi nacimiento"
en la cual escribió "
así imagine que nací",
fue quizás inspirada en una estatua de la diosa azteca Tlazolteolt.
En "Mi nana y yo" de 1937, la "nana"
lleva una mascara de Teotihuacan y la pose de la "virgen con el niño"
podría haber sido inspirada por otra estatua pre-colombina. Otros
cuadros donde se puede admirar artefactos pre-colombinos son: "Cuatro
habitantes de la Ciudad de México" (1938), "Niña
con la máscara de muerte" (1938) y "Autorretrato
con changuito" (1945).
En un retrato de 1949 llamado "El abrazo de
amor del Universo, la Tierra (México), yo misma, Diego y el señor
Xololtl", Frida usó la mitología mexicana como
tema. La mítica diosa de la tierra Cihuacoatl, de la cual nace
toda la vida, acuna amorosamente a Frida en la misma pose que la Virgen
y el niño.
Pinturas
inspiradas en ex-voto retablos
Otra forma de arte primitivo que influenció las
pinturas de Frida fue el estilo de retablos
o votivos. Retablos son pinturas religiosas con tres elementos comunes:
una escena representando una tragedia o alguien enfermo, un santo ó
un mártir que intervino para "salvar el día" y
una inscripción describiendo el evento. Este tipo de pintura normalmente
era de tamaño pequeño, alrededor de 8" x 10" y
pintada sobre una base de estaño. Eran encargados por la persona
representada en el retablo ó amigos ó miembros cercanos
de la familia que estaban agradecidos por la intervención. Eran
muy baratos y normalmente pintados por artistas anónimos. Los Rivera
tenían una colección de más de 200 retablos. Frida
a menudo tomaría elementos de estas pinturas votivas para crear
su propio estilo de retablo. Su pintura de 1940, titulada apropiadamente
"Retablo" es probablemente su mejor
ejemplo de un retablo de estilo original. De cualquier manera, Frida no
pintó este retablo. Compró la pintura y la alteró
para que se pareciera a su propio trágico accidente de autobús
de 1925. Sus pinturas de 1932: "Hospital Henry
Ford" y "Mi nacimiento" eran
ambos típicos retablos en el estilo "Frida".
Color
Los cuadros de Kahlo
son ricos en colores vibrantes y brillantes. En su diario, Frida intenta
explicar el significado de los colores usados en sus trabajos:
El verde - Luz tibia
y buena
Solferino - azteca
TLAPALI vieja Sangre de tuna, el más vivo y antiguo
Brown - Color de
mole, de hoja que se va tierra
Amarillo - locura,
enfermedad, miedo. Parte del sol y de la alegría
Azul cobalto - Electricidad
y pureza amor
Negro - nada es negro
- realmente nada
Hoja Verde - hojas,
tristeza, ciencia, Alemania entera es de este color
Amarillo verdoso
- más locura y misterio
todos los fantasmas usan trajes de
este color o cuando menos ropa interior
Verde oscuro - color
de anuncios malos y de buenos negocios
Azul Marino - distancia
.
También la Ternura puede ser de este azul
Roja - sangre ?....
pues, quién sabe!
Gringolandia
(Los Estados Unidos)
Frida viajó a los Estados Unidos en varias ocasiones.
La primera, en noviembre de 1930; ella y Diego se mudaron a San Francisco
donde Diego tenía el encargo de pintar murales. De allí,
la pareja se mudó a Detroit, Filadelfia y después a Nueva
York. Esta primea exposición a la cultura americana tendría
un profunda influencia en pinturas que le siguieron. Hacia el final de
su estancia en los Estados Unidos, Frida echaba a faltar su México
nativo. No se sentía en casa en el "Nuevo Mundo" y estaba
bastante harta de América y de los americanos. En una carta a una
amiga en México, expresaba su desagrado por los gringos, diciendo
"
son aburridos y todos tienen caras como masa de pan sin
cocer (especialmente las mujeres viejas)". En otra carta escribió:
"
creo que los americanos no tienen ni inteligencia ni buen
gusto
"
Frida desesperadamente quería volver a México pero Diego
se resistió. El estaba disfrutando de su nueva popularidad y estaba
fascinado por el progreso industrial en los Estados Unidos
un tema
que se repetía en muchos de sus murales. Serios desacuerdos aparecieron
entre la pareja y cada vez Diego la convenció de que era mejor
para ella quedarse en los Estados Unidos.
Su desagrado de Gringolandia (así llamaba ella a los Estados Unidos)
fue expresado en lienzos como "Autorretrato
en la frontera entre México y los Estados Unidos" (1932)
y "Mi vestido cuelga allá" (1933).
En el autorretrato, Frida está de pie en la frontera entre dos
mundos diferentes
el industrializado Estados Unidos en un lado y
su amado México en el otro. Llevando un traje rosa de estilo mexicano
y sosteniendo una bandera mexicana, no hay duda de cual es el lado de
la frontera donde ella preferiría estar. En "Mi vestido cuelga
allá". Frida pintó un collage que mostraba el modo
de vida americano. Lleno de símbolos de la moderna sociedad industrial
americana, retrata la decadencia social y la destrucción de los
valores fundamentales humanos. Esta pintura es inusual, no solo por el
estilo collage, sino porque Frida no aparece en la pintura
posiblemente
una muestra de que ella no quería estar allá.
Hechos
en la vida de Frida
Probablemente lo que más influenció la temática
de las pinturas de Frida sobre todas las cosas fue su propia vida. Basada
en hechos reales, pintó la biografía de su vida. Tal como
un critico de arte lo expresó: "Es imposible separar la
vida y arte de esta persona extraordinaria. Sus pinturas son su biografía".
Muchas de las pinturas de Frida, especialmente los autorretratos, capturan
sus propias emociones personales y sus sentimientos sobre un hecho o una
crisis en su vida: su condición física, su incapacidad de
tener hijos, su filosofía de la naturaleza y la vida y sobre todas
las cosas, su turbulenta relación con Diego. Desgraciadamente,
muchos de estos hechos de su vida fueron trágicos o desagradables
y muchos estuvieron relacionados con la afición de Diego por las
mujeres y su infidelidad.
A menudo, cuando Frida estaba enfadada con Diego, pintaba un autorretrato
par expresar sus emociones en ese momento. Para un ojo no entrenado, muchos
de los autorretratos de Frida parecen exactamente lo mismo, sólo
otro autorretrato. Pero dentro de sus retratos hay pistas que revelan
sus emociones internas y pensamientos en el momento que el cuadro fue
pintado. Las expresiones faciales en sus autorretratos están, por
la mayor parte, desprovistas de emoción y no revelan su autentico
estado de animo
es todo el resto del cuadro lo que nos da la pista;
los fondos, los colores, el tema y el estilo. Todos sus autorretratos
tienen una historia que contar.
Durante los años 30, mientras Frida estaba en los Estados Unidos
con Diego, se aburría y estaba nerviosa. Para calmar sus emociones,
Diego sugirió que pintara una serie de cuadros relacionados con
eventos importantes de su vida. La primera pintura de la serie fue "Mi
nacimiento". La pintura capturaba dos eventos importantes en
su vida: su propio nacimiento y la muerte de su madre. Mientras que el
cuadro fue ejecutado en un estilo retablo, la banderola desenrollada en
la parte de abajo del cuadro nunca fue escrita para revelar la importancia
del evento mostrado.
Otro retrato en la serie "eventos de la vida"
fue su pintura de 1937 "Mi nana y yo".
El evento capturado en esta pintura fue que, siendo un bebé, tuvo
que ser amamantada por una nodriza porque su madre no era capaz de hacerlo.
Un hecho importante, porque posiblemente impidió a Frida y a su
madre el formar un lazo madre/hija
un lazo roto que permanecería
así a lo largo de sus vidas.
Otro dramático autorretrato que podría probablemente ser
incluido en la serie "eventos de la vida" es la pintura de 1939
"Las dos Fridas". Esta pintura es un
clásico ejemplo de cómo expresaba sus emociones hacia Diego
sobre un lienzo. Este doble autorretrato de dos Fridas diferentes fue
pintado justo después de que Diego y Frida se divorciaran: la Frida
en la parte derecha es la que Diego amó una vez, mientras que la
otra es la que Diego traicionó y rechazó.
En la pintura de 1937 "Memoria", Frida
captura un hecho que fue devastador para su matrimonio. En esta pintura
expresa su angustia por la relación amorosa entre Diego y su hermana
menor, Cristina Kahlo. El tamaño del corazón roto a sus
pies simboliza la intensidad de su dolor emocional.
En 1941 un autorretrato llamado "Autorretrato
con Bonito" es otro ejemplo de un lienzo que aparece ser sólo
eso
un autorretrato. Pero escondidas en las pinceladas de este cuadro
se hallan sus auténticas emociones de tristeza sobre la muerte
de su padre. Vestida de negro, llora por su fallecimiento. En su hombro
esta su querido loro, Bonito, el cual la consuela. A menudo buscó
consuelo en sus mascotas en tiempos de tristeza y soledad. El fondo del
cuadro está vivo con plantas e insectos. La pintura es la dicotomía
de la vida y la muerte
un tema común en otras pinturas de
Kahlo.
Sexo
e infertilidad
Después de que Frida y Diego se separaran en el
verano de 1939, tomaron rumbos diferentes. Mientras Diego continuaba con
sus escapadas sexuales, Frida también tuvo algunas
a veces
con otras mujeres. A menudo, connotaciones sexuales aparecían en
las naturalezas muertas de Frida. Las frutas tenían la forma o
estaban cortadas de tal manera que simbolizaban órganos sexuales
masculinos ó femeninos, las semillas se convertían en células
de esperma, las flores se convertían en matrices. A veces las referencias
sexuales eran sutiles, como por ejemplo en su pintura de 1938 "Frutos
de la Tierra" y a veces de una manera más obvia como en
"Naturaleza muerta" ("Tondo")
de 1942. Si se miran sus primeras naturalezas muertas, se observa la influencia
sexual de varias maneras, en un grado o en otro. Después de 1950,
las connotaciones sexuales desaparecieron para convertirse en expresiones
políticas.
La obsesión de Frida con su incapacidad de llevar a buen término
un embarazo también produjo algunos cuadros que estaban relacionados
con sexo y con fertilidad. Dos obvias pinturas son "Flor
de la vida" (1943) y "Sol y vida"
(1947). En otras pinturas, el elemento de fertilidad aparece pero no es
el tema dominante. Por ejemplo, en los dos retratos de familia que pintó,
incluyó un feto. En "Mis abuelos, mis
padres y yo" (1936), el feto es Frida pero en el retrato familiar
de 1950 "Retrato de la familia de Frida",
el feto es el niño que ella nunca tuvo. En "Moisés"
(1945) el feto es Diego.
Surrealismo
En abril de 1938, el poeta y surrealista francés
Andre Breton y su esposa, la pintora Jacqueline Lamba visitaron México.
Se hospedaron con Guadalupe Marín, una de las ex esposas de Diego
y conocieron al matrimonio Rivera. Cuando Breton vio la pintura inacabada
de Frida "Lo que el agua me dio", el
auto-retrato metafórico de lo que la vida le había dado
- flotando en el agua de la bañera - inmediatamente la calificó
de surrealista innata y ofreció el mostrar su trabajo en París.
"Nunca supe que era una surrealista" dijo Frida "hasta
que Andre Breton vino a México y me dijo que lo era".
Hasta que apareció Breton en escena, la gente que vio los cuadros
de Kahlo vio justo lo que ella quiso que vieran
imágenes pintadas
en la superficie. Pero Breton vio mas allá de la superficie
vio
las imágenes como una mascarada surrealista de sus propias emociones
y dolor.
Aunque Frida creó trabajos que fueron considerados por otros como
"surrealistas" ella no siguió con los convencionalismos
aceptados del movimiento surrealista. Simplemente usó su propio
estilo de elementos surrealistas para pintar su propia realidad. "Realmente
no se si mis pinturas son Surrealistas o no, Frida escribió
una vez, pero se que son la expresión mas honrada de mi
misma, nunca teniendo en cuenta los juicios o prejuicios de nadie".
Frida nunca
se consideró una surrealista y de hecho, rechazó esa etiqueta.
"Dijeron que yo era una surrealista" dijo "...pero
no lo era. Nunca pinté sueños
pinté mi propia
realidad".
Aunque Frida no se consideraba una autentica surrealista, en 1940 participó
en la "Exposición Internacional del Surrealismo" en la
Galería de arte Mexicano en París. Exhibió los dos
cuadros de tamaño más grande que pintó en su carrera,
dos pinturas calificadas por otros como surrealistas "Las
dos Fridas" (1939) y "La mesa herida"
(1940). Algunos de los trabajos surrealistas mas interesantes de Frida
están en el diario que mantuvo durante
los últimos 10 años de su vida.
Dolor
y narcóticos
En 1951, después de unas 30 operaciones, Frida acabó
mentalmente rota y con un severo dolor físico. Fue solo capaz de
soportar el dolor tomando fuertes narcóticos recetados por el médico
y algunos días no era capaz de pintar. A medida que el tiempo pasó,
el dolor incrementó y también la dosis de pastillas
algunas veces las tomaba con alcohol. Como resultado, el abuso de las
drogas influenció mucho la calidad de sus pinturas. Frida acostumbraba
a ejecutar sus pinturas con pinceladas firmes y detalladas pero en los
últimos años de su vida se volvieron sueltas y descuidadas,
aplicando gruesas capas de pintura y con una gran falta de detalle. En
1954, justo antes de su muerte, un amigo notaba que Frida trató
de pintar una pequeña pintura para él pero nunca pasó
de unas pinceladas.
Hay dos pinturas de 1954 que son testimonio de los efectos devastadores
que la medicación tuvo en sus obras: "Autorretrato
con un retrato de Diego en el pecho y María entre las cejas"
y "Autorretrato con Stalin". Es difícil
mirar a esas pinceladas borrosas en el lienzo, sabiendo que una vez ella
había sido una maestra del detalle. Una mirada a esas pinturas
nos muestran como fue robado el talento de Frida. Uno puede sólo
imaginar el dolor emocional y la frustración que Frida debió
sentir cuando miraba esos cuadros. No era poco común para Frida
el destruir una pintura que no le gustaba. Podría haber pensado
en destruir estos dos cuadros pobremente ejecutados, pero posiblemente
se salvaron porque tenían un motivo político.
Conclusión
Una mañana lluviosa en Coyoacán, México,
Frida Kahlo nació en la casa que su padre construyó unos
pocos años antes. Su relación con su padre era muy cálida
y cercana, pero en contraste, su relación con su madre era muy
fría y distante y permaneció así a lo largo de sus
vidas. A la edad de 18, Frida estuvo envuelta en un terrible accidente
de autobús que cambió su vida para siempre. A la edad de
22 años se casó con un hombre con tendencia a la infidelidad,
21 años mayor que ella. Su turbulenta relación sobrevivió
a través de los buenos tiempos, malos tiempos, a través
de divorcio y una segunda boda. Infidelidades, vida en común y
a veces separados. Como resultado del accidente de autobús y tres
abortos, Frida no tuvo hijos y a menudo se volcó en sus muñecas
y sus mascotas para consolarse durante tiempos de desesperación
y soledad. Fumó, bebió, a menudo usaba lenguaje vulgar en
fiestas para escandalizar a sus amigos y no le importaba el distorsionar
la verdad para embellecer algunas de las historias que contaba.
Ella pintó su propia realidad, dijo, y viajó por el mundo
para mostrar y algunas veces escandalizar al mundo del arte con sus trabajos
creativos. A veces vivió en dos mundos diferentes y se hallaba
divida entre su amor por Diego y su amor por su nativo México.
Era políticamente activa pero no siempre "políticamente
correcta" y al final de su vida dedicó sus pinturas a sus
convicciones políticas. Sufrió mas de 30 operaciones a lo
largo de su vida que la dejaron con cicatrices físicas y mentales.
A pesar de los años de dolor y sufrimiento, continuó haciendo
lo que le gustaba hacer
pintar. Una vez, mientras estaba hospitalizada
dijo "Cuando salga de aquí, hay tres cosas que quiero hacer
pintar,
pintar y pintar".Y eso es lo que hizo. Aunque más de una
vez consideró la idea del suicidio, fue su amor por Diego y su
pasión por la pintura lo que la mantuvo viva. Al final, fueron
los narcóticos que tomaba para sobrevivir los que mataron su habilidad
de pintar. Una noche lluviosa en Coyoacán, México, Frida
Kahlo falleció en la casa donde nació 47 años antes.
Fue una vida extraordinaria para una mujer extraordinaria. Aunque Frida
se ha ido, su legado vive en más de 200 cuadros, dibujos y esbozos
que dejó detrás suyo. No podemos ver sus pinturas solo como
autorretratos o naturalezas muertas, sino que hay que buscar el autentico
significado y emociones escondidos detrás de la pintura
"Larga
Vida a Nuestra Frida"
|
|
|