Diseccionando el arte
de Frida Kahlo


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Cuando era una jovencita, el convertirse en una pintora no era parte de los objetivos en la carrera de Frida. Su objetivo en la vida era el convertirse en un médico pero un trágico accidente a la edad de 18 años la dejó mental y físicamente herida de por vida. Cambio el curso de su vida para siempre.

Fue durante sus meses de convalecencia cuando Frida empezó a considerar la pintura seriamente…"para combatir el aburrimiento y el dolor" dijo. "Sentí que todavía tenía suficiente energía para hacer algo diferente de estudiar para convertirme en un médico. Sin prestarle ninguna atención especial, empecé a pintar". Fue el principio de una carrera para Frida que duraría toda su vida.

Además de unas pocas clases de arte en el Instituto y de revisar libros de arte de la colección de su padre, Frida no tuvo formación artística formal. Mientras Frida desarrolló sus habilidades artísticas, sus pinturas avanzaron hacia su propio y único estilo, fuertemente influenciado por otras personas, artistas, culturas y la vida en general. Ella experimentó con diferentes estilos y temas y sacudió el mundo del arte con sus trabajos de estilo "surrealista" y pinturas con referencias sexuales.


Wilhelm (Guillermo Kahlo), su padre

El padre de Frida, un fotógrafo profesional, fue también un pintor amateur. Fue él quien primero interesó a Frida en el arte. Frida a menudo acompañaría a su padre en sus excursiones pictóricas a la campiña cercana. También le enseñó como usar la cámara y como retocar y colorear fotografías. Mientras Frida se estaba recuperando del accidente de autobús, Guillermo le dio a Frida su caja de pinturas y pinceles para animarla a pintar.


Fernando Fernández

Fernando Fernández, un amigo del padre de Frida era un impresor comercial muy conocido y respetado. Contrató a Frida para trabajar con él después del colegio y le enseñó como dibujar y copiar grabados del impresionista sueco Anders Zorn. Fernández se sorprendió de cuanto talento Frida poseía.


Retratistas mexicanos del siglo XIX

A principios de su nueva carrera artística, Frida no tenía un estilo propio y sus primeras pinturas reflejaban los temas y estilos de otros artistas que admiraba. El primer autorretrato de Frida fue "Autorretrato con un vestido de terciopelo" en 1926. Lo pintó con el estilo de los retratistas mexicanos del siglo XIX los cuales a su vez estaban muy influenciados por los maestros del Renacimiento Europeo. Este autorretrato fue la interpretación de Frida de la "Venus" de Boticelli. Frida usó este estilo en otros retratos que le siguieron: "Retrato de Alicia Galant" (1927) y un retrato de su hermana mayor, "Retrato de Adriana" (1927).

Otra característica que Frida tomó prestada de los retratos mexicanos del siglo XIX es la bandera con una inscripción a través de la parte superior o inferior de una pintura. Estas inscripciones servían para identificar el modelo del retrato o para describir la razón o significado de la pintura. Un ejemplo donde este elemento se usó es en "Retrato de Eva Frederick" (1931) donde ella identifica a la modelo y luego a ella misma como la artista. En otro doble retrato de 1931, "Frieda y Diego Rivera", usa la bandera para proclamar que "el retrato fue pintado para nuestro amigo el Sr. Albert Bender". En "Retrato de una mujer de blanco" (1930), la bandera se incluyó pero no se usó, dejando a la modelo o inspiración para este retrato desconocida hasta el día de hoy.

También, tomado prestado de los retratistas mexicanos del siglo XIX es el uso de un fondo de cortinas atadas. Frida usó este motivo en varios de sus cuadros, primero en "Autorretrato - El tiempo vuela" (1929) y más tarde en "Retrato de una mujer de blanco" (1930), "Autorretrato dedicado a Leon Trotsky" (1937) así como en otros.


Diego Rivera

Diego Rivera era un muralista muy famoso en México. Mientras Frida asistía a clases en la Escuela Nacional Preparatoria, Diego se hallaba pintando su mural "Creación" en el anfiteatro de la escuela. Frida a menudo acudía a verlo pintar y a admirar su trabajo.

Después de recuperarse del accidente de autobús, Frida se enteró de que Diego estaba pintando otro mural en el Ministerio de Educación en la Ciudad de México. Aunque no lo conocía personalmente, admiraba al hombre y al artista inmensamente…tanto que quería su opinión acerca de sus propios trabajos. Empaquetó cuatro de sus pinturas, se subió en un autobús y salió hacia el edificio del Ministerio. Más tarde, Frida rememoraría su llegada: "Fui lo bastante atrevida como para llamarlo para que bajara del andamio a ver mis pinturas y para decirme sinceramente si valían alguna cosa". Una de las pinturas que trajo para mostrar fue su primer autorretrato "Autorretrato en un vestido de terciopelo". Después de ver los cuadros, Rivera comentó que estaba principalmente interesado en el autorretrato "…porque es el más original" dijo. Los otros tres, comentó "…parecen estar influenciados por lo que has visto". Diego le dijo que se fuera a casa y pintara otro cuadro y el iría a verlo. Después de ver el nuevo cuadro, Rivera dijo a Frida: "Tienes talento..." y la animó a seguir pintando. Si Rivera no hubiera respondido con una actitud positiva a sus cuadros, podría haber sido el fin de la carrera de Frida como pintora.

En 1928, Frida pintó un retrato de su hermana más joven "Retrato de Cristina mi hermana". El estilo y motivo de esta pintura es un afilado contraste con los oscuros y pesimistas retratos del Renacimiento del año anterior. En este retrato, los colores del fondo son claros y luminosos y los pesados y oscuros trajes renacentistas han dejado paso a indumentarias blancas y sin mangas. Las facciones alargadas de retratos anteriores cambian ahora a una forma más real. Las señales más sutiles de la influencia de Diego Rivera son evidentes en los colores y fondos que escoge, así como el estilizado árbol y ramas mas grandes en la parte frontal.

Frida y Diego se casaron el 21 de agosto de 1929. Después de su matrimonio, Diego animó a Frida a pintar en el estilo del arte popular mexicano, un estilo folklórico. Sugirió que pintara a los indígenas y a las clases obreras de México, igual que el hizo en sus propios murales. De este animo, salió el retrato "Dos mujeres". Esta pintura se parece mucho a las características de los murales de Rivera…los colores brillantes, el estilo y las figuras. Es casi como si fuera un primer plano de una sección de un mural de Rivera. Muchas características de esta pintura serían usadas en muchas de las pinturas que siguieron.

Durante su vida, Diego Rivera fue considerado como el "Maestro de los Murales". Pintó numerosos murales, la mayor parte en México y los Estados Unidos. Frida le acompañaría a menudo a los sitios donde se hallaba pintando su siguiente obra maestra. Más de una vez Frida apareció como una figura en sus murales.

Mientras Diego pintaba murales que medían varios pies cuadrados, en 1945 Frida pintó su propio mural en lienzo que medía solo unas pocas pulgadas, 24" x 30" (61 x 75 cm.) y claramente inspirado por el estilo de Diego. Frida lo llamó "Moisés" o "Núcleo de la Creación". La inspiración para el tema de la pintura vino de un libro de Sigmund Freud que ella acababa de leer: "Moisés el Hombre y la Religión Monoteísta".


Sus raíces mexicanas

Frida se hallaba relacionada con un círculo de artistas e intelectuales mexicanos convencidos por las creencias del artista Adolfo Best Maugard. En un libro de 1923, Maugard escribió que el arte mexicano debía volver a sus raíces indígenas. Las pinturas, dijo, debían reflejar los elementos y formas de los pintores mexicanos del siglo XIX. El grupo llamaría a este estilo folklórico "Mexicanismo" y lo devolvería al mundo de las bellas artes. Los norteamericanos llamaron a este movimiento "Renacimiento mexicano".

En su segundo autorretrato, "El tiempo vuela", Frida emplea el "Mexicanismo". En este retrato, el motivo es un estilo muy folklórico con colores vividos y variados. Ropa de campesino de algodón, sencilla, reemplaza a los sofisticados vestidos renacentistas de terciopelo que adornaban a los sujetos de sus previas pinturas. La joyería que lleva es un testamento de las influencias culturales pre-colombinas y coloniales. Uno se puede dar cuenta mirando esta pintura que Frida acepta sus profundas raíces en la cultura mexicana. Para apoyar más su identidad nacional, los colores dominantes usados en esta pintura son rojo, blanco y verde… los colores de la bandera mexicana. Este autorretrato muestra poderosamente la búsqueda de Frida de su propio estilo de pintura.

Para complacer a Diego, Frida vestiría a menudo el estilo de los vestidos típicos de las mujeres nativas de la región Tehuana en México. Estos largos vestidos, ricamente decorados, no eran sólo muy hermosos sino que también le permitían ocultar la deformidad física de su pierna derecha. Cuando viajaba al extranjero, Frida atraía muchísima atención e incluso inspiró una línea de vestidos en París (Elsa Schiaparelli fue la diseñadora).


En muchas de las pinturas de Frida, ella llevaba este tipo de indumentaria; la primera vez fue en el doble retrato de 1931 "Frieda y Diego Rivera", una pintura que probablemente estaba basada en una fotografía de boda. Después de esta pintura, le siguieron: "Autorretrato en la frontera entre México y los Estados Unidos" (1931), "Árbol de la esperanza. Mantente Firme" (1946), "Raíces" (1943) y dos de sus últimos retratos en 1954, "El Marxismo le dará salud a los enfermos" y "Autorretrato con Stalin". En dos otras pinturas, el vestido de Tehuana aparece pero Frida no lo lleva puesto: "Memoria" (1937) y "Mi vestido cuelga allá" (1933). La pintura en la cual el vestido juega un papel más predominante es "Las dos Fridas" (1939). En este doble autorretrato, pintado poco tiempo después de su divorcio, Frida aparece dos veces. La Frida llevando el vestido de Tehuana representa la Frida que Diego amaba y la otra Frida, vestida de europea, es la Frida que ha sido traicionada por adulterio y divorcio. También destacan la pintura de 1948 "Autorretrato" y la pintura de 1943 "Autorretrato vestida de Tehuana", en la cual aparee vestida completamente de Tehuana.


Política

Frida y Diego estaban muy motivados políticamente y activos en México. Ambos eran miembros del Partido Comunista de México (PCM) en 1928 pero abandonaron el partido porque no estaban de acuerdo con el alineamiento del mismo con la línea estalinista. Al principio de su carrera pictórica, la política tuvo poca influencia en su arte. Pero en 1948, Frida se unió de nuevo al PCM y eso la motivó a proclamar su adherencia política a través de sus pinturas.

En 1951, la salud de Frida había empeorado hasta el punto donde algunos días no era capaz de pintar en absoluto. En su diario Frida escribió: "Tengo mucha inquietud en el asunto de mi pintura. Sobre todo por transformarla para que sea algo útil al Movimiento revolucionario comunista […] la única razón real para vivir."

Durante sus últimos años, Frida pintó especialmente naturalezas muertas, pero las politizaría añadiéndoles una bandera, una paloma de la paz, inscripciones… Uno de sus últimos autorretratos en 1954 se tituló "El marxismo le dará salud a los enfermos" y es un fuerte manifiesto político apoyando al PCM. Después de esa pintura, inmortalizó a Stalin en "Autorretrato con Stalin", otra pintura con un obvio tema comunista. Cuando Frida murió en julio de 1954, dejó un retrato inacabado de Stalin en un caballete en su estudio.


Cultura pre-Colombina y mitología

Los objetos del período pre-Colombino tuvieron una profunda influencia en las pinturas de Frida. Se podían encontrar en todos los rincones de la residencia Kahlo/Rivera. Diego coleccionaba esculturas e ídolos en todos los tamaños y Frida coleccionaba joyería de la época. A veces aparecería en sus autorretratos llevando piezas de su colección: "Autorretrato - el tiempo vuela" (1926), "Autorretrato con changuito" (1938), "Autorretrato con trenza" (1941) así como en varios otros. Frida dijo que incluyó esos artefactos en sus pinturas porque le recordaban a Diego.

Piezas de la colección de Diego también aparecerían en muchas de sus pinturas o servirían como modelo ó inspiración para un cuadro. Su pintura de 1932 "Mi nacimiento" en la cual escribió "…así imagine que nací", fue quizás inspirada en una estatua de la diosa azteca Tlazolteolt. En "Mi nana y yo" de 1937, la "nana" lleva una mascara de Teotihuacan y la pose de la "virgen con el niño" podría haber sido inspirada por otra estatua pre-colombina. Otros cuadros donde se puede admirar artefactos pre-colombinos son: "Cuatro habitantes de la Ciudad de México" (1938), "Niña con la máscara de muerte" (1938) y "Autorretrato con changuito" (1945).

En un retrato de 1949 llamado "El abrazo de amor del Universo, la Tierra (México), yo misma, Diego y el señor Xololtl", Frida usó la mitología mexicana como tema. La mítica diosa de la tierra Cihuacoatl, de la cual nace toda la vida, acuna amorosamente a Frida en la misma pose que la Virgen y el niño.


Pinturas inspiradas en ex-voto retablos

Otra forma de arte primitivo que influenció las pinturas de Frida fue el estilo de retablos o votivos. Retablos son pinturas religiosas con tres elementos comunes: una escena representando una tragedia o alguien enfermo, un santo ó un mártir que intervino para "salvar el día" y una inscripción describiendo el evento. Este tipo de pintura normalmente era de tamaño pequeño, alrededor de 8" x 10" y pintada sobre una base de estaño. Eran encargados por la persona representada en el retablo ó amigos ó miembros cercanos de la familia que estaban agradecidos por la intervención. Eran muy baratos y normalmente pintados por artistas anónimos. Los Rivera tenían una colección de más de 200 retablos. Frida a menudo tomaría elementos de estas pinturas votivas para crear su propio estilo de retablo. Su pintura de 1940, titulada apropiadamente "Retablo" es probablemente su mejor ejemplo de un retablo de estilo original. De cualquier manera, Frida no pintó este retablo. Compró la pintura y la alteró para que se pareciera a su propio trágico accidente de autobús de 1925. Sus pinturas de 1932: "Hospital Henry Ford" y "Mi nacimiento" eran ambos típicos retablos en el estilo "Frida".


Color

Los cuadros de Kahlo son ricos en colores vibrantes y brillantes. En su diario, Frida intenta explicar el significado de los colores usados en sus trabajos:

El verde - Luz tibia y buena

Solferino - azteca TLAPALI vieja Sangre de tuna, el más vivo y antiguo

Brown - Color de mole, de hoja que se va tierra

Amarillo - locura, enfermedad, miedo. Parte del sol y de la alegría

Azul cobalto - Electricidad y pureza amor

Negro - nada es negro - realmente nada

Hoja Verde - hojas, tristeza, ciencia, Alemania entera es de este color

Amarillo verdoso - más locura y misterio… todos los fantasmas usan trajes de este color o cuando menos ropa interior

Verde oscuro - color de anuncios malos y de buenos negocios

Azul Marino - distancia…. También la Ternura puede ser de este azul

Roja - sangre ?.... pues, quién sabe!


Gringolandia (Los Estados Unidos)

Frida viajó a los Estados Unidos en varias ocasiones. La primera, en noviembre de 1930; ella y Diego se mudaron a San Francisco donde Diego tenía el encargo de pintar murales. De allí, la pareja se mudó a Detroit, Filadelfia y después a Nueva York. Esta primea exposición a la cultura americana tendría un profunda influencia en pinturas que le siguieron. Hacia el final de su estancia en los Estados Unidos, Frida echaba a faltar su México nativo. No se sentía en casa en el "Nuevo Mundo" y estaba bastante harta de América y de los americanos. En una carta a una amiga en México, expresaba su desagrado por los gringos, diciendo "…son aburridos y todos tienen caras como masa de pan sin cocer (especialmente las mujeres viejas)". En otra carta escribió: "…creo que los americanos no tienen ni inteligencia ni buen gusto…"

Frida desesperadamente quería volver a México pero Diego se resistió. El estaba disfrutando de su nueva popularidad y estaba fascinado por el progreso industrial en los Estados Unidos…un tema que se repetía en muchos de sus murales. Serios desacuerdos aparecieron entre la pareja y cada vez Diego la convenció de que era mejor para ella quedarse en los Estados Unidos.

Su desagrado de Gringolandia (así llamaba ella a los Estados Unidos) fue expresado en lienzos como "Autorretrato en la frontera entre México y los Estados Unidos" (1932) y "Mi vestido cuelga allá" (1933). En el autorretrato, Frida está de pie en la frontera entre dos mundos diferentes…el industrializado Estados Unidos en un lado y su amado México en el otro. Llevando un traje rosa de estilo mexicano y sosteniendo una bandera mexicana, no hay duda de cual es el lado de la frontera donde ella preferiría estar. En "Mi vestido cuelga allá". Frida pintó un collage que mostraba el modo de vida americano. Lleno de símbolos de la moderna sociedad industrial americana, retrata la decadencia social y la destrucción de los valores fundamentales humanos. Esta pintura es inusual, no solo por el estilo collage, sino porque Frida no aparece en la pintura… posiblemente una muestra de que ella no quería estar allá.


Hechos en la vida de Frida

Probablemente lo que más influenció la temática de las pinturas de Frida sobre todas las cosas fue su propia vida. Basada en hechos reales, pintó la biografía de su vida. Tal como un critico de arte lo expresó: "Es imposible separar la vida y arte de esta persona extraordinaria. Sus pinturas son su biografía".

Muchas de las pinturas de Frida, especialmente los autorretratos, capturan sus propias emociones personales y sus sentimientos sobre un hecho o una crisis en su vida: su condición física, su incapacidad de tener hijos, su filosofía de la naturaleza y la vida y sobre todas las cosas, su turbulenta relación con Diego. Desgraciadamente, muchos de estos hechos de su vida fueron trágicos o desagradables y muchos estuvieron relacionados con la afición de Diego por las mujeres y su infidelidad.

A menudo, cuando Frida estaba enfadada con Diego, pintaba un autorretrato par expresar sus emociones en ese momento. Para un ojo no entrenado, muchos de los autorretratos de Frida parecen exactamente lo mismo, sólo otro autorretrato. Pero dentro de sus retratos hay pistas que revelan sus emociones internas y pensamientos en el momento que el cuadro fue pintado. Las expresiones faciales en sus autorretratos están, por la mayor parte, desprovistas de emoción y no revelan su autentico estado de animo…es todo el resto del cuadro lo que nos da la pista; los fondos, los colores, el tema y el estilo. Todos sus autorretratos tienen una historia que contar.

Durante los años 30, mientras Frida estaba en los Estados Unidos con Diego, se aburría y estaba nerviosa. Para calmar sus emociones, Diego sugirió que pintara una serie de cuadros relacionados con eventos importantes de su vida. La primera pintura de la serie fue "Mi nacimiento". La pintura capturaba dos eventos importantes en su vida: su propio nacimiento y la muerte de su madre. Mientras que el cuadro fue ejecutado en un estilo retablo, la banderola desenrollada en la parte de abajo del cuadro nunca fue escrita para revelar la importancia del evento mostrado.


Otro retrato en la serie "eventos de la vida" fue su pintura de 1937 "Mi nana y yo". El evento capturado en esta pintura fue que, siendo un bebé, tuvo que ser amamantada por una nodriza porque su madre no era capaz de hacerlo. Un hecho importante, porque posiblemente impidió a Frida y a su madre el formar un lazo madre/hija…un lazo roto que permanecería así a lo largo de sus vidas.

Otro dramático autorretrato que podría probablemente ser incluido en la serie "eventos de la vida" es la pintura de 1939 "Las dos Fridas". Esta pintura es un clásico ejemplo de cómo expresaba sus emociones hacia Diego sobre un lienzo. Este doble autorretrato de dos Fridas diferentes fue pintado justo después de que Diego y Frida se divorciaran: la Frida en la parte derecha es la que Diego amó una vez, mientras que la otra es la que Diego traicionó y rechazó.

En la pintura de 1937 "Memoria", Frida captura un hecho que fue devastador para su matrimonio. En esta pintura expresa su angustia por la relación amorosa entre Diego y su hermana menor, Cristina Kahlo. El tamaño del corazón roto a sus pies simboliza la intensidad de su dolor emocional.

En 1941 un autorretrato llamado "Autorretrato con Bonito" es otro ejemplo de un lienzo que aparece ser sólo eso…un autorretrato. Pero escondidas en las pinceladas de este cuadro se hallan sus auténticas emociones de tristeza sobre la muerte de su padre. Vestida de negro, llora por su fallecimiento. En su hombro esta su querido loro, Bonito, el cual la consuela. A menudo buscó consuelo en sus mascotas en tiempos de tristeza y soledad. El fondo del cuadro está vivo con plantas e insectos. La pintura es la dicotomía de la vida y la muerte…un tema común en otras pinturas de Kahlo.


Sexo e infertilidad

Después de que Frida y Diego se separaran en el verano de 1939, tomaron rumbos diferentes. Mientras Diego continuaba con sus escapadas sexuales, Frida también tuvo algunas…a veces con otras mujeres. A menudo, connotaciones sexuales aparecían en las naturalezas muertas de Frida. Las frutas tenían la forma o estaban cortadas de tal manera que simbolizaban órganos sexuales masculinos ó femeninos, las semillas se convertían en células de esperma, las flores se convertían en matrices. A veces las referencias sexuales eran sutiles, como por ejemplo en su pintura de 1938 "Frutos de la Tierra" y a veces de una manera más obvia como en "Naturaleza muerta" ("Tondo") de 1942. Si se miran sus primeras naturalezas muertas, se observa la influencia sexual de varias maneras, en un grado o en otro. Después de 1950, las connotaciones sexuales desaparecieron para convertirse en expresiones políticas.

La obsesión de Frida con su incapacidad de llevar a buen término un embarazo también produjo algunos cuadros que estaban relacionados con sexo y con fertilidad. Dos obvias pinturas son "Flor de la vida" (1943) y "Sol y vida" (1947). En otras pinturas, el elemento de fertilidad aparece pero no es el tema dominante. Por ejemplo, en los dos retratos de familia que pintó, incluyó un feto. En "Mis abuelos, mis padres y yo" (1936), el feto es Frida pero en el retrato familiar de 1950 "Retrato de la familia de Frida", el feto es el niño que ella nunca tuvo. En "Moisés" (1945) el feto es Diego.


Surrealismo

En abril de 1938, el poeta y surrealista francés Andre Breton y su esposa, la pintora Jacqueline Lamba visitaron México. Se hospedaron con Guadalupe Marín, una de las ex esposas de Diego y conocieron al matrimonio Rivera. Cuando Breton vio la pintura inacabada de Frida "Lo que el agua me dio", el auto-retrato metafórico de lo que la vida le había dado - flotando en el agua de la bañera - inmediatamente la calificó de surrealista innata y ofreció el mostrar su trabajo en París. "Nunca supe que era una surrealista" dijo Frida "hasta que Andre Breton vino a México y me dijo que lo era". Hasta que apareció Breton en escena, la gente que vio los cuadros de Kahlo vio justo lo que ella quiso que vieran…imágenes pintadas en la superficie. Pero Breton vio mas allá de la superficie…vio las imágenes como una mascarada surrealista de sus propias emociones y dolor.

Aunque Frida creó trabajos que fueron considerados por otros como "surrealistas" ella no siguió con los convencionalismos aceptados del movimiento surrealista. Simplemente usó su propio estilo de elementos surrealistas para pintar su propia realidad. "Realmente no se si mis pinturas son Surrealistas o no”, Frida escribió una vez, “pero se que son la expresión mas honrada de mi misma, nunca teniendo en cuenta los juicios o prejuicios de nadie".

Frida nunca se consideró una surrealista y de hecho, rechazó esa etiqueta. "Dijeron que yo era una surrealista" dijo "...pero no lo era. Nunca pinté sueños…pinté mi propia realidad".

Aunque Frida no se consideraba una autentica surrealista, en 1940 participó en la "Exposición Internacional del Surrealismo" en la Galería de arte Mexicano en París. Exhibió los dos cuadros de tamaño más grande que pintó en su carrera, dos pinturas calificadas por otros como surrealistas "Las dos Fridas" (1939) y "La mesa herida" (1940). Algunos de los trabajos surrealistas mas interesantes de Frida están en el diario que mantuvo durante los últimos 10 años de su vida.


Dolor y narcóticos

En 1951, después de unas 30 operaciones, Frida acabó mentalmente rota y con un severo dolor físico. Fue solo capaz de soportar el dolor tomando fuertes narcóticos recetados por el médico y algunos días no era capaz de pintar. A medida que el tiempo pasó, el dolor incrementó y también la dosis de pastillas… algunas veces las tomaba con alcohol. Como resultado, el abuso de las drogas influenció mucho la calidad de sus pinturas. Frida acostumbraba a ejecutar sus pinturas con pinceladas firmes y detalladas pero en los últimos años de su vida se volvieron sueltas y descuidadas, aplicando gruesas capas de pintura y con una gran falta de detalle. En 1954, justo antes de su muerte, un amigo notaba que Frida trató de pintar una pequeña pintura para él pero nunca pasó de unas pinceladas.

Hay dos pinturas de 1954 que son testimonio de los efectos devastadores que la medicación tuvo en sus obras: "Autorretrato con un retrato de Diego en el pecho y María entre las cejas" y "Autorretrato con Stalin". Es difícil mirar a esas pinceladas borrosas en el lienzo, sabiendo que una vez ella había sido una maestra del detalle. Una mirada a esas pinturas nos muestran como fue robado el talento de Frida. Uno puede sólo imaginar el dolor emocional y la frustración que Frida debió sentir cuando miraba esos cuadros. No era poco común para Frida el destruir una pintura que no le gustaba. Podría haber pensado en destruir estos dos cuadros pobremente ejecutados, pero posiblemente se salvaron porque tenían un motivo político.


Conclusión

Una mañana lluviosa en Coyoacán, México, Frida Kahlo nació en la casa que su padre construyó unos pocos años antes. Su relación con su padre era muy cálida y cercana, pero en contraste, su relación con su madre era muy fría y distante y permaneció así a lo largo de sus vidas. A la edad de 18, Frida estuvo envuelta en un terrible accidente de autobús que cambió su vida para siempre. A la edad de 22 años se casó con un hombre con tendencia a la infidelidad, 21 años mayor que ella. Su turbulenta relación sobrevivió a través de los buenos tiempos, malos tiempos, a través de divorcio y una segunda boda. Infidelidades, vida en común y a veces separados. Como resultado del accidente de autobús y tres abortos, Frida no tuvo hijos y a menudo se volcó en sus muñecas y sus mascotas para consolarse durante tiempos de desesperación y soledad. Fumó, bebió, a menudo usaba lenguaje vulgar en fiestas para escandalizar a sus amigos y no le importaba el distorsionar la verdad para embellecer algunas de las historias que contaba.

Ella pintó su propia realidad, dijo, y viajó por el mundo para mostrar y algunas veces escandalizar al mundo del arte con sus trabajos creativos. A veces vivió en dos mundos diferentes y se hallaba divida entre su amor por Diego y su amor por su nativo México. Era políticamente activa pero no siempre "políticamente correcta" y al final de su vida dedicó sus pinturas a sus convicciones políticas. Sufrió mas de 30 operaciones a lo largo de su vida que la dejaron con cicatrices físicas y mentales. A pesar de los años de dolor y sufrimiento, continuó haciendo lo que le gustaba hacer…pintar. Una vez, mientras estaba hospitalizada dijo "Cuando salga de aquí, hay tres cosas que quiero hacer…pintar, pintar y pintar".Y eso es lo que hizo. Aunque más de una vez consideró la idea del suicidio, fue su amor por Diego y su pasión por la pintura lo que la mantuvo viva. Al final, fueron los narcóticos que tomaba para sobrevivir los que mataron su habilidad de pintar. Una noche lluviosa en Coyoacán, México, Frida Kahlo falleció en la casa donde nació 47 años antes.

Fue una vida extraordinaria para una mujer extraordinaria. Aunque Frida se ha ido, su legado vive en más de 200 cuadros, dibujos y esbozos que dejó detrás suyo. No podemos ver sus pinturas solo como autorretratos o naturalezas muertas, sino que hay que buscar el autentico significado y emociones escondidos detrás de la pintura…

"Larga Vida a Nuestra Frida"

   
         

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