Weeping
Coconuts
or
Coconut
Tears
1951
In the
last years of Frida's life she painted mostly small scale still life paintings.
Because of her degrading physical appearance, it may be that she no longer
felt that she wanted to portray her true image in a self-portrait. Instead,
by proxy, she projected her pain and emotions onto the wounded fruits
and weeping coconuts of her still life paintings.
In this
still life, the main focus is a weeping coconut. Perhaps an indication
of her emotional state at the time.
At this
point in her life, Frida relied heavily on prescription medications to
ease her pain. Sometimes mixed with alcohol, they began to affect her
ability to paint with the precision and detail for which she was known.
For this reason she may have turned to painting still life because they
require less detail and could be executed without the precision brush
strokes required of her self portraits. The size of her paintings is now
smaller and the composition rather crude with the use of fewer pieces
of fruit. If you compare the level of detail and precision in this painting
to one done earlier in the year (Still Life with
Parrot and Flag) you can see a noticeable difference. If you further
compare this painting to one painted in 1954 (Still
Life with Flag) the differences are even more dramatic.
This small Still Life was painted as a gift for Elena
Boder, a physician friend. The original inscription on the flag included
Boder's name in the dedication:
"For Elena Boder,
Painted with Great
Affection, Frida Kahlo".
Elena didn't particularly like the painting and returned
it to Frida. She had hoped to get another painting in exchange but didn't.
Kahlo promptly painted over the "For Elena Boder" portion
of the dedication and sold it.
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Oil
on masonite
9" x 12"
On Loan to
The Los Angeles County Museum of Art
by
Bernard and Edith Lewin,
Palm Springs, California
Óleo sobre fibra dura
23,2 x 30,5
cm.
El Préstamo a
El diario Los Ángeles Museo de Arte del Condado
por
Bernard and Edith Lewin,
Palm Springs, California. EE.UU.
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Durante los últimos
años de la vida de Frida, pintó por la mayor parte, pequeñas
naturalezas muertas. Debido a la decadencia de su apariencia física,
quizás ya no quería mostrar su autentica imagen en un autorretrato.
En su lugar, enfocó su dolor y emociones en las frutas heridas
y en los cocos llorando de sus naturalezas muertas.
En esta naturaleza
muerta, el foco principal es un coco llorando, quizás una indicación
de su estado emocional en ese entonces.
En este punto de
su vida, Frida se apoyaba muchísimo en medicamentos para calmar
su dolor. Algunas
veces los mezclaba con alcohol y empezaron a afectar su habilidad para
pintar con la precisión y detalle por los cuales era conocida.
Debido a esta razón, podría haberse dedicado a pintar naturalezas
muertas, ya que requerían menos detalle y podrían ser ejecutados
sin las pinceladas precisas que requerían sus autorretratos. La
medida de sus pinturas era ahora mas pequeña y la composición
bastante rudimentaria, con el uso de menos piezas de fruta. Si se compara
el nivel de detalle y precisión en esta pintura, con una realizada
a principios de ese año ("Naturaleza
muerta con Perico y Bandera"), se aprecia una notable diferencia.
Si además comparamos la pintura con la pintada en 1954 ("Naturaleza
Muerta con Bandera"), las diferencias son incluso más
dramáticas.
Esta pequeña
naturaleza muerta fue pintada como un regalo para Elena Boder, una doctora
amiga suya. La inscripción original en la bandera incluía
su nombre y la dedicatoria:
"Para
Elena Boder,
pintó
con todo
cariño, Frida Kahlo"
A Elena no le gustó
el cuadro y lo devolvió a Frida. Esperaba conseguir otro cuadro
para reemplazarlo pero no fue así. Kahlo inmediatamente pintó
sobre la dedicatoria "Para Elena Boder" y lo vendió.
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